jueves, 15 de marzo de 2012

¡Que nervios, Virgen Santa¡


 
Esto es una carta.
Digamos mejor, la Carta.
En ella me va el futuro.
Digamos mejor, la Vida.
Relax, autocontrol, madurez.
Ya tengo el título:
“¡Que nervios, Virgen Santa¡”

Las jotas son de baile,
las comas no detienen,
las pausas, un suspiro,
los silencios, un bullicio.
¡Que nervios, Virgen Santa¡.

Las líneas se contraen,
las tildes me disparan,
las pes se defenestran,
las eñes se manifiestan.
¡Que nervios, Virgen Santa¡.

Las oes no se cierran,
los puntos…, suspensivos,
las emes acueductos,
los tachones, unos cuarenta.
¡Que nervios, Virgen Santa¡.

Tiro el papel, dejo la pluma.
Miro al vacío y lo encuentro.
Me acerco, descuelgo, marco.
¿Dígame?. Su voz.
Respiro y contesto:
“¡Que nervios, Virgen Santa¡”.

Primavera 2003

Al leer una carta antigua escrita (Pero nunca enviada) con trazos nerviosos a una chica especial recordé lo mal que se lo pasaba uno en aquellos trances.

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