jueves, 22 de septiembre de 2011

Valiente


 
El sol ilumina a los otros,
la luna es vuestra aliada,
la luz no cura las heridas,
la sombra es amiga obligada.

El grito lo convierten en susurro,
la espuma desaparece con la ola,
el cielo se cierra a vuestro paso,
la estrella se apaga, la nube llora.

Hoy una espiga asoma entre las rocas,
un olor dulce invita a jugar,
un “Si” bien alto reta al “Jamás”,
una vida nueva se acerca al altar.

En el rincón dejáis la armadura,
en el fuego las cenizas suspiran.
Mientras, en el castillo, los muros se derriban.
comprendiendo, por fin, que acompañado de valientes,
la batalla nunca estará perdida.



Verano 1992

Asumir y no ocultar la condición de homosexual hoy en día sigue sin ser sencillo. Hace treinta años, era una heroicidad.

Este poema se inspiró en mi hermano Gonzalo, un auténtico valiente.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Athletic Club

Distinto, igual que siempre,
guardián de ideas imposibles,
orgullo de la sinrazón,
sin perdón, eres diferente.

El blanco, tu niñez,
primeriza de laurel.
El rojo, tu piel,
soledad en madurez.

Victoria de las ideas que resisten,
derrota de la nada maquillada,
victoria del loco en sus cabales,
derrota de la tiranía del “todo vale”.

Payaso rey cuando le conoces,
río que desborda cuando tememos,
hoja que perdura en los inviernos,
sonrisa cómplice cuando te meces.

Leyenda, realidad,
antiguo, virtual,
romántico, cabal,
así naciste, así serás.


Primavera 1992


El Athletic es una enfermedad crónica incurable, en mi caso hereditaria, causa por la que me acompaña desde que tengo uso de razón.

¡¡¡ AUPA ATHLETIC ¡¡¡

jueves, 8 de septiembre de 2011

Un niño


En los juegos de tu vida,
en los ojos de la luna,
en la isla del temor,
veo tu alma desnuda.

Con las prisas del delito,
con la fuerza de una madre,
con mirada sin escamas,
no es mandato el amarte.

De baile de cuna,
a trigo de agosto;
De cuento encantado,
a vino con poso.

Por el color de tu cielo,
por la brisa de la pureza,
por el tapiz de la inocencia,
crece hierba sin maleza.

Mientras los días sean cortos,
mientras el sufrir, sólo rabieta,
mientras la risa, compañera,
seguirás como niño, tu senda.


Verano 1991


Con veinticinco años mi disfrute y mi suplicio era seguir siendo un niño.

Pensándolo bien, si ahora lo sigo siendo, entonces debía ser apenas un bebé.