domingo, 11 de noviembre de 2012

Nadia (II)



La fiesta sigue su curso,
los miedos están en otros tiempos, arrinconados,
la ventana a la nueva luz sigue abierta,
tus ojos se dibujan día a día, paso a paso,
los juegos son tu camino,
la caricia mutua, nuestro consuelo,
el beso robado, el combustible necesario.

¡No logro detener tu niñez¡
Es una impotencia obligada,
orientada a tu destino de mujer.

Intento robar tus bocanadas de aire fresco,
compartir cabalgada con tu impronta de niña salvaje,
gritar como si todo perteneciese a nuestra complicidad,
y disfrutar de las noches con un dulce consuelo,
el eco milagroso de volver a verte al amanecer.

Otoño 2012


Nadia sigue creciendo a mi lado. Los hijos nos envuelven en una gozosa tiranía que invita a volver a valorar los sentimientos más primarios y ocultos durante muchas fases de nuestras vidas.