¿Y
si creces y me olvidas?
Esa
pregunta fatídica me martillea, amordaza, aprieta.
No
sigas, para en mi posada.
Descansa,
no hay prisa.
¿No
te da miedo el camino desconocido?
Sal
de esa carretera para adultos.
Ellos
querrán borrarte las caricias acumuladas,
los besos
regalados, los recuerdos que nos unen.
¿Y
si creces y me olvidas?
¿Y
si creces y me olvidas?
La
película de terror me atrapa, ahoga.
El saludo en el autobús será un sueño,
tu mano
y la mía las orillas del mismo río,
el llanto
incomprensible, un accidente,
y nuestros
secretos, un punto en el vacío.
Ayer
fuiste, hoy eres, mañana serás otra.
Creces,
crecerás, olvidas, olvidarás.
Más,
¿olvidarás el ayer que fuiste y lo que eres hoy?
¿Olvidarás
el saludo de despedida?
¿Olvidarás
tu mano junto a la mía?
¿Olvidarás
cómo se comparte un llanto?
¿Olvidarás
nuestros secretos?
¿Olvidarás
las caricias acumuladas?
¿Olvidarás
los recuerdos que nos unen?
Verano 2013
Que una hija vaya creciendo tiene su recompensa pero también
genera una incontenible nostalgia.