El
camino está empedrado
y
acaba en el siguiente recodo.
Este
cuerpo es de otro,
un
lastre, una nada, un adorno.
Las
personas, un bosque confuso,
los
recuerdos, un pozo vacío.
Las
manzanas ya no maduran,
estos
árboles no dan sombra,
la
luna se esconde en la noche
y el
sol no calienta, solo decora.
¡Que
triste es observar el reflejo del desasosiego¡
¡Y
que valiente es aquél que dimite del presente¡
Sigo
andando, sigiloso, por el camino empedrado,
la
niebla ha borrado su senda,
pero
continúo adelante,
cegado
por la fuerza de una efímera ilusión,
que
la noche recupere su luna olvidada.
Primavera 2013
El paisaje de horizontes duros son parte de nuestro destino
y afrontarlos con entereza y sencillez una incertidumbre difícil de calibrar.