jueves, 29 de marzo de 2012

Lisboa

Te soñé con ilusión,
te esperaba y no venías,
te imaginé sin recuerdos,
te acaricié y ya eras mía.

Sedado en tus colinas,
alquimia de culturas,
embrujo de fragancias,
rostros de coral.

Tiempo reposado,
Mediterráneo olvidado,
África presente,
música esperando.

Al llegar, tu saludo.
Pronto, tu abrazo.
Sin pudor, tu amistad.
Y al partir tu sonrisa,
sonrisa para siempre.


Verano 2003


Lisboa es una ciudad cercana en el espacio y lejana en el tiempo y en las sensaciones. Me cautivó.

viernes, 23 de marzo de 2012

Madre

 
Por primera vez te veo.
Eras esclavo, ahora dueño.
Sin mirar, lo entiendes.
¿Es milagro, o un sueño?

Pasará veloz el tiempo,
mas este momento quieto,
permanecerá en mí, siempre.

Con respeto, con dulce miedo,
te espero, segura de ti.

Eres mio y yo soy tuya.
Nadie impuso esta ley.

Juntos, unidos, inseparables.

De la nada al todo.
Del todo, al paraíso.
Soy tu madre, y tú, mi HIJO.

Primavera 2003

¿Quién dijo que los hombres no tenemos espíritu maternal?.
Sólo hace falta escarbar un poco en nuestra tosca piel para comprobar que nuestra aspiración utópica inconfesable es poder llegar a gestar algún día.

jueves, 15 de marzo de 2012

¡Que nervios, Virgen Santa¡


 
Esto es una carta.
Digamos mejor, la Carta.
En ella me va el futuro.
Digamos mejor, la Vida.
Relax, autocontrol, madurez.
Ya tengo el título:
“¡Que nervios, Virgen Santa¡”

Las jotas son de baile,
las comas no detienen,
las pausas, un suspiro,
los silencios, un bullicio.
¡Que nervios, Virgen Santa¡.

Las líneas se contraen,
las tildes me disparan,
las pes se defenestran,
las eñes se manifiestan.
¡Que nervios, Virgen Santa¡.

Las oes no se cierran,
los puntos…, suspensivos,
las emes acueductos,
los tachones, unos cuarenta.
¡Que nervios, Virgen Santa¡.

Tiro el papel, dejo la pluma.
Miro al vacío y lo encuentro.
Me acerco, descuelgo, marco.
¿Dígame?. Su voz.
Respiro y contesto:
“¡Que nervios, Virgen Santa¡”.

Primavera 2003

Al leer una carta antigua escrita (Pero nunca enviada) con trazos nerviosos a una chica especial recordé lo mal que se lo pasaba uno en aquellos trances.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Iraquíes


 
Niños de polvo y tierra,
sirenas en un mar de arena,
abuelas de alma serena,
temblor en la noche de espera.

Llega la bomba siniestra,
gritos entre la negra niebla,
indefensos ante la muerte injusta,
fuentes de dolor eterna.

Por fin un silencio total,
el verdugo sonríe a la victoria,
hambre, dolor, su fruto de gloria.
Como raíz, el sucio metal.

Detrás del mañana, pobreza.
Frente al ayer, tristeza.

Todo lo que queda es vivir…,
vivir la vida muerta.

Primavera 2003


Vivir la vida muerta es lo que les queda a las víctimas indefensas de todas las “guerras”, niños, mujeres, ancianos…

jueves, 1 de marzo de 2012

Muerte

 
Esquivo tu cercanía,
nube oscura es mi lamento,
compañera perenne en mi agonía,
renaces, creces junto al tiempo.

Muda, seca, cruel, paciente,
¿es careta o fina piel?
te acercas, nunca sonriente.
dudo, me arrastras, seré fiel.

Lejos queda tu enemiga,
el dulce recuerdo perece,
ahora, eres quien me abriga,
TODO, contigo, se desvanece.

Invierno 2002


No consigo recordar si hubo algún suceso cercano trágico que me llevara a escribir estas líneas. Lo que si puedo asegurar es que escuchar el susurro de la palabra muerte es un remedio muy útil para, una vez perdido su eco, admirar las oportunidades de la vida.


Un regalo para todos/as (Esto si que es auténtica y gloriosa poesía):

“Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver… Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…”
Final de “Memorias de Adriano”
Marguerite Yourcenar