jueves, 30 de junio de 2011

Mi lugar


Monte que acompaña,
mar en rebeldía,
cielo de mentira,
tierra que amamanta.

Versos en el canto,
canto que estremece.
dichos de siempre,
lengua con su llanto.

Hombre por la tarde,
madre hasta el alba;
honor en la palabra;
roble que no arde.

Mesa cual altar,
trabajo por bandera,
amistad verdadera,
sonrojo al amar.

Historia en soledad,
tiranos con tijeras,
navegantes entre velas,
para siempre, mi lugar.

Invierno 1987



No se elige donde se comienza a vivir. Este capricho del azar nos tatúa el interior para el resto de nuestra existencia. La prodigiosa paradoja es que la tierra y costumbres que conforman nuestras raíces cuando más influyen en nuestro devenir es al principio de nuestra vida, pero cuando más se ponderan es al final de la misma.

Contradicciones



Buscamos, sin pausa, el premio diario
compasión sin huella con los mendigos,
palabra cansada a los amigos,
a oscuras, jugamos en el armario.

Duerme sola conciencia hipnótica,
tierra adentro nunca se naufraga.
sé azúcar, no letanía amarga,
desaparece, sombría y gótica.

El espejo de la dicha es la luz,
Clara, divina, no seca ni ciega;
Luz que al campo acaricia, no siega;
Honesta, valiente, sin frío, sin cruz.

Final exhausto, ansías descanso.
Repasa el andar sereno, ufano.
Olvida la esquina, el falso llano.
Acaricia, al ir, el último remanso.

Otoño 1987




Apenas logro recordar cual fue la causa que motivó que guardase este escrito. Hasta entonces, todas mis reflexiones vitales habían acabado evaporándose. Sin embargo, misteriosamente esta contradicción quedó plasmada en un papel que hoy en día es de color “amarillo viejo”.
Lo que si sigo teniendo presente es que era un chico de apenas veinte años con la vista nublada por un futuro incierto.



Reflexión preliminar

Cuando pienso en lo que queda por vivir siempre retrocedo a lo vivido. Es una espiral sin dirección predeterminada que en ocasiones es dulce y, por momentos, amarga.

Esta es la reflexión que inconscientemente me ha incitado a plasmar partes de mi vida en papales en blanco que he escondido durante muchos años con el pudor que los adultos ocultamos los sentimientos y pensamientos más íntimos.

Pero siempre nos llega el momento en que las tenues huellas del pasado aterrizan en el presente proponiéndonos un futuro diferente, quizás más optimista del esperado. Justo en ese instante es cuando desempolvamos nuestros recuerdos y optamos por compartirlos.

Mi momento ha llegado y no encuentro mejor manera de fundir mis tiempos vitales que compartiendo mis intimidades. Lo hago con una mezcla de sonrojo y valentía en la que a veces no me reconozco. Esta contradicción la compenso con la ilusión y esperanza de que todas las personas que se acerquen a mis páginas las hagan suyas. Me considero un hombre tan común que estoy seguro que mis emociones, dudas, pensamientos, ideas y miedos no son de mi propiedad, sino que tienen un carácter universal.

Te invito a observar un espejo en el que se refleja una vida, aquella que, libremente, imagines.

miércoles, 29 de junio de 2011

¿Qué tipo de blog soy?

RAE
Reverso: Parte o cara opuesta a la visible

“Reverso de una vida” está concebido como una recopilación cronológica de sucesos, historias y gentes, generalmente queridas, que han aparecido, por sorpresa o elección, en mi vida. La forma más auténtica que he encontrado para contarlas ha sido disgregarlo en forma de poemas.

El poema me facilita decir lo que de otra manera sería incapaz de expresar, bien pon incompetencia como narrador o por pudor y cobardía. Seguramente, la causa es un híbrido de ambos aspectos.

La utilización del verso me ha permitido expresar lo que a los humanos nos da tanto miedo transmitir, los miedos, las bajezas, la pasión, el deseo, el amor, los odios extremos, en una palabra, el anverso de la hoja en blanco que preferimos mostrar como tarjeta de visita para presentarnos en sociedad.

“Reverso de una vida” ha significado un acto iniciático de desnudez, que me ha ayudado a crecer interiormente. Aunque sólo sea por esta razón, considero que este proyecto ha merecido la pena.