jueves, 26 de enero de 2012

Abandonado


 
Ahora que empezaba a caminar,
ahora que tu esquina estaba en mi calle,
ahora que la bruma desaparecía,
te marchas, sin avisarme.

Ahora que pagabas mi rescate,
ahora que soñaba al mirarte,
ahora que jugábamos a ser niños,
te marchas, sin avisarme.

Ahora que escondíamos los rencores,
ahora que las horas eran segundos,
ahora que buscábamos lo mismo,
te marchas, sin avisarme.

Ahora que tus manos no estaban frías,
ahora que la soledad no era castigo,
ahora que nuestras vidas se acariciaban,
te marchas, sin avisarme.


Primavera 2000



Aunque me considero un afortunado por conservar a los seres queridos muy cerca, hay momentos de tormenta interior en los que el miedo a perderlos aparece…, sin avisarme.

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