jueves, 10 de noviembre de 2011

Dinero

Palabra de falso metal,
papel de árbol carcomido,
no eres cuerda, sino hilo,
de donde pende la lealtad.

Sonríes a la mentira,
del necesitado, te escondes,
el éxito es tu reflejo,
reflejo de lodos, de tiranía.

Separas vidas encontradas,
levantas infinitas barreras,
llenas bocas de la nada,
impones leyes sin palabra.

Uno es para tontos,
diez, ¿sólo diez?,
cien mas bien poco,
mil, no me conformo.

Sombra de guerras,
cuna de odios,
escuela de mentiras,
Dios de poderosos.

Otoño 1994

Que el dinero separa vidas es algo muy común en nuestro privilegiado primer mundo debido a ácidas envidias, ambiciones artificiales o traiciones milimetradas.

Más triste, incluso, me han parecido siempre, las ocasiones en que el dinero llega a juntar vidas. Es un síntoma claro de una gran enfermedad social.

Por cierto, ahora me doy cuenta de que en 1994 ya era un “indignado”...

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