jueves, 30 de junio de 2011

Mi lugar


Monte que acompaña,
mar en rebeldía,
cielo de mentira,
tierra que amamanta.

Versos en el canto,
canto que estremece.
dichos de siempre,
lengua con su llanto.

Hombre por la tarde,
madre hasta el alba;
honor en la palabra;
roble que no arde.

Mesa cual altar,
trabajo por bandera,
amistad verdadera,
sonrojo al amar.

Historia en soledad,
tiranos con tijeras,
navegantes entre velas,
para siempre, mi lugar.

Invierno 1987



No se elige donde se comienza a vivir. Este capricho del azar nos tatúa el interior para el resto de nuestra existencia. La prodigiosa paradoja es que la tierra y costumbres que conforman nuestras raíces cuando más influyen en nuestro devenir es al principio de nuestra vida, pero cuando más se ponderan es al final de la misma.

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