lunes, 10 de diciembre de 2012

Perdona que nunca te escriba



Perdona que nunca te escriba,
porque tu retrato está en mis entrañas,
tus gestos naturales, en mi quietud forzada,
tus angustias en mi recámara,
tus disfrutes, fuertes, en mí anudados,
y tus dilemas, anexados a mi diario.

Perdona que nunca te escriba,
porque tus tiempos son recuerdos de mi infancia,
tus sueños, espejos donde mirarla,
tus riñas, recuerdos a distancia,
tus anhelos, palos de mi baraja,
y tus tormentas, anuncios de que llega la calma.

Perdona que nunca te escriba,
porque tus besos saben a olvidos entre las mantas,
tus arrugas, fuente de lo que soy y seré,
tus cicatrices, sendas en mí grabadas,
tus ilusiones perdidas, mi todo, mi nada,
y tus huellas, la parte indivisa de mi alma.


Otoño 2012


A mi madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario