De mano en mano,
de alma en alma,
llenando soledades,
sedando penas enquistadas,
así discurre tu eterna vida.
Si seduces, te devoro.
Cuando fracasas, te abandono.
¿A quién perteneces?.
¿A él, a tu Dios, o a nosotros, tus rehenes?
A ti, sólo a ti. Eres tu dueño.
Naces, no pereces,
haces soñar, no duermes,
emocionas, acompañas, me salvas y te callas.
Contigo siento, te creo, no mientes.
Contigo, sólo contigo, cierro los ojos y amanece.
Primavera 2004
La lectura de un buen libro es una de las mejores compañías de las que sin duda podemos disfrutar en nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario