El
azar separa,
la
frontera divide,
la
fuente se agota,
el
adiós se rinde.
La
diana es un laberinto,
el
destino se equivoca,
los
motivos siguen escondidos,
la
rama nació rota.
No
se encuentra al culpable,
no
aparecen las cadenas,
no
hacen falta más suspiros,
no
hay abeja sin colmena.
Le
vi como un regalo enterrado,
dispuesto
a ser descubierto,
nunca
podrá acusarle el tiempo,
de
ser un amigo sin verso.
Primavera 2010
Un reencuentro con un amigo de la infancia es verte
reflejado en un extraño espejo que descarga una secuencia de diversos instantes
vividos en el pasado.
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