jueves, 7 de junio de 2012

Tarde de domingo


En la lejanía percibo un horizonte azucarado,
adormecido por su dueño, la nostalgia.
En la penumbra intuyo una nube de pecado,
atormentada por su enemiga, la alegría.

En la distancia reconozco mi pasado,
fruto del limón y del salitre.
En la sombra comparezco ante el jurado,
frío, sucio, presto al envite.

En el recuerdo tiro del arado,
perfumando campos con tu aroma.
En la neblina me siento acompañado,
cambiando el punto por una coma.

En el olvido el barco ha virado,
transformando la lluvia en nieve.
En el frágil muro recuerdo que te he amado,
por eso dibujo rimas blancas mientras llueve.


Primavera 2007


Una lluviosa tarde de domingo escribí estas líneas a camino entre la nostalgia y la seducción por los momentos tristes.

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