Ayer vi tu silueta dibujada en trazos refinados.
Un maletín, una corbata, gomina apilada y una
gabardina recién lavada.
Mientras, tu silueta avanza silbando una melodía atrancada.
Saludas mirando a la nada con tu mano de gigante,
mientras se refleja tu silueta en el suelo de falso mármol.
Sonríes apretando el mentón como un ganador de poker
nocturno,
y tu silueta se duplica porque todo debe incrementar.
Cambias de color apretando el botón de la mezquindad,
ahora tu silueta permanece inmutable, esperando al chófer
indefenso.
Una vez probaste el miedo, como un invitado imprevisto,
enmudeció tu silueta pero la explosión del orgullo degolló
el incómodo silencio.
Mañana la marea te podrá devorar, triturar y masacrar,
pero tu silueta, esa tu falsa silueta, seguirá firme,
resuelta.
Es la ventaja de tener una silueta dibujada en trazos refinados.
Dedicada a todos los que nos “amenizan” los informativos con
sus múltiples fechorías.
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